Para uso interno por el estilo de hablar del Padre. El Padre empieza hablando de los trapiches de la política. Pero lo único importante es que seamos fieles a nuestra vocación. Ante los planes de Dios, no creemos lo que Dios tiene para nosotros. Vemos a Dios a través de un canuto. El espíritu de San Francisco de Asis, de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa, así teníamos que ser nosotros. Esto nos parece imposible. Somos canijos. Pensamos que los planes de Dios son disparatados. Pero Dios no está loco. Nosotros somos los locos. A este mundo solo se le puede vencer con la victimación. Nuestra vida tiene que ser poesía, como se dice en las Folias. Los sufrimientos de Cristo fueron principalmente en cuanto al martirio del corazón. Menciona a Juan Serrano. Y nuestro ser canijo tuvo que hacerle daño a Cristo en su pasión. El Padre comenta el resultado de las elecciones y como aunque hubiera ganado Blas Piñar, no le hubieran dejado gobernar. Retoma el análisis del texto evangélico, y habla de cómo Dios da todo, sin medida, infinitamente. Tenemos que quitarnos el canuto. Al final habla de que pronto van a bendecir la imagen de la Virgen del Pedregal y la llevarán al Pedregal. Esta Virgen del Pedregal va a producir mucho fruto. La Virgen va a presidir el Pedregal, en el centro de la casa.